Norka Luque: Alrededor del mundo podemos conseguir una gran variedad manifestaciones culturales, entre ellas mi favorita es la gastronomía, por supuesto, cada país o región posee una serie de platillos típicos que los caracterizan y que forman parte de su historia, si bien, es muy cierto que a todos gusta un buen plato de comida, en mi caso también me encanta conocer un poco más, saber su origen y su historia a lo largo del tiempo.
Venezuela es reconocida no solo por sus hermosos paisajes, valiosa cultura sino también por su suculenta gastronomía. Y es que Venezuela tiene algo a su favor, una flora y una fauna increíble, lo que hace que en sus tierras fértiles se produzcan productos de alta calidad.
Un país que lo tiene todo y donde hay de todo para hacer. Nuestra gastronomía esconde una larga historia, es la herencia que nos dejó el mestizaje durante los tiempos de la colonia, la fusión entre las culturas de los aborígenes, españoles y africanos dieron vida a la gastronomía popular que tenemos hoy en nuestras mesas. El contacto con lo foráneo, la tecnología, las artes, la economía y la estratégica ubicación geográfica de este país, han favorecido los procesos de transculturización y se dio paso a la creación de platos y recetas emblemáticas que identifican nuestra variada gastronomía.
Al investigar la historia nos encontramos que nuestros primeros pobladores; los aborígenes, tenían una dieta basada en lo que encontraban en la naturaleza, proteínas obtenidas por medio de la caza, la pesca y sus principales fuentes de carbohidratos eran el maíz y la yuca obtenidos de la agricultura, empleaban la miel como edulcorante natural, no incluía grasas en sus preparaciones culinarias y el condimento por excelencia era el ají, sin embargo, algunas de sus preparaciones no eran tan sencillas, ellos habían aprendido a cocer sus alimentos colocando a su calor sobre parrillas de madera o planchas de barro cocido (budares), y enterrándolos envueltos en hojas para encender encima sus hogueras.
Con la llegada de los españoles, las costumbres e ingredientes europeos, junto a la cocina indígena sirvieron de base para la formación de lo que hoy conocemos como cocina venezolana. Los españoles en sus viajes traían alimentos desconocidos para los aborígenes, entre ellos el aceite de oliva, el trigo, la cebada y el vino, también especias como el laurel, orégano, romero, azafrán y otros alimentos y frutas como los higos, coles y leguminosas. La sal era muy utilizada en sus preparaciones y el utillaje era a base de metal, arcilla cocida, hierro, vidrio, plata y madera.
Ya que los españoles traían en sus embarcaciones esclavos provenientes de África, estos también fueron una gran influencia en nuestra gastronomía, tenían una alimentación muy parecida a la de los aborígenes, consumían muy poca sal, como especias usaban en abundancia la pimienta y el jengibre, su dieta era de predominio vegetal y entre las grasas resaltaban el aceite de palma y una margarina vegetal proveniente de la planta llamada Karité.
A lo largo de la historia Venezuela fue recibiendo la influencia de más y más culturas, la llegada de italianos, portugueses, turcos, griegos, sirios y de toda la cuenca del Mediterráneo a mediados del siglo XIX y la inmigración proveniente de Europa y Latinoamérica en los años 50 fueron dejando una serie de aportes de gran valor para nuestra gastronomía, distintos ingredientes y formas que ayudaron a refinar cada vez más nuestra cocina y que produjo una amplia diversidad culinaria.
En fin, compleja y variada es nuestra gastronomía al igual que la historia que la precede, con un sinfín de culturas que la enriquecen. Pero a pesar de que en todo el territorio nacional se realicen platillos típicos venezolanos similares, cada región tiene una particularidad y variable de cada plato típico. En esta oportunidad quise destacar la historia culinaria, que le dio vida a la gastronomía popular de nuestros pueblos, tanto dulces y saladas que hoy conocemos, son recetas basadas en esas raíces y que pasan de generación en generación.